Tengo 56 años nací el 13 de abril de 1962 en la Ciudad de Morelia Michoacán. Mi dirección actual es hacienda vista hermosa # 94 colonia villa quietud delegación Coyoacán, c.p. 04960. Mi estado civil es casada, vivo con mi esposo y una hija de 20 años. Estudie la licenciatura en Psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México, tengo el título de Maestria en psicomotricidad. Desde hace más de 30 años trabajo en Psicología clínica con niños adolescente adultos y pareja. En consulta privada.

 

“Entre el grito que nos origina y el silencio final, somos danza del significante, susurro de la lengua, prisioneros de nombres que no hemos elegido, ocupas de mitos que nos recorren mientras tratamos de librarnos de un destino que solo en tanto ilusión nos pertenece”. Schoffer Wechler La metáfora milenaria Ed. Paidos. Bs. As. 1993 pag 19

Al ver los resultados de mis ancestros genéticos me llevó a preguntar si sería posible conocer mi gen primogénio, sueño imposible que se suma al deseo del hombre al querer conocer el origen de éste, en mi caso mi origen.

Si pienso que vengo de un desarrollo biológico desde las criaturas más simples hasta llegar al día de hoy, mi historia no terminaría de contarla y probablemente me perdería en la narración.

Si acoto mi historia a mis ancestros más cercanos, entonces mi historia se acorta, se parcializa al encontrar que mi origen no solo tiene que ver con una evolución genética, sino también con una historia familiar y el entorno que me rodea.

Los seres humanos experimentamos una restricción peculiar, nos percibimos como seres principalmente emocionales y sociales olvidándonos, con frecuencia, de la parte biológica que nos conforma, damos prioridad a lo que vivimos día a día fuera y dentro de la familia en la convivencia cotidiana.

La familia y el entorno son parte de nosotros, nosotros somos parte de uno o varios sistemas, los sistemas o las familias son unidades dinámicas en dónde se establecen las relaciones de los individuo con todo con lo que se rodea.

Conocer la historia familiar a la que pertenecemos nos permite entender un poco de nuestro mosaico genético. Pero¸ ¿de verdad conocemos nuestra historia? ¿nuestros hijos conocen la historia de su padre, de su madre, de los abuelos, de los bisabuelos … etc. ?

Los recuerdos que van hilando nuestra aventura de vivir, no siempre son claros, llenar las lagunas mnémicas nos lleva a buscar en nuestro pasado los antecedentes familiares ancestrales que nos  permitan elaborar y reconstruir los sucesos que nos van edificando hasta ser lo que somos.

En la reconstrucción de la historia hay datos verdaderos, mentiras, fantasías, a veces combinadas a veces solas, pero todas dichas, habladas o contadas por nuestros ancestros, repetidas una y otra vez, y vueltas a repetir para no dejar morir nuestra historia.

La historia como un relato aparece como atemporal puede ser una o varias historias que no se anulan sino coexisten, se alimentan para continuar vivas en la recreación de las nuevas generaciones, una historia que se hace y deshace en ilusiones permanentes.

La historia familiar es la historia real del individuo abierta a experiencias a lo largo de la vida, en donde cada uno va encontrando, cambiando y dejando sitios en una reconstrucción ininterumpida.

La historia familiar no es fija, se le quita, se le pone, se le inventa, pues el significante creativo de cada individuo es inagotable. La familia, recordemos, junto con nuestros genes son nuestros ancestros que van dejando huellas para continuar en el camino…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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