A diferencia del resto de nuestros rasgos corporales, el material genético pasa a través de las generaciones, mayoritariamente, sin ser afectado por el medio ambiente, por ello representa evidencia confiable para dilucidar respuestas sobre; 1) la historia de la especie humana en relación a nuestra ruta migratoria y 2) el factor hereditario de algunas enfermedades.

Ambas líneas de investigación convergen, cuando se buscan variaciones asociadas a una enfermedad. Una de las estrategias para encontrar regiones genómicas candidato es detectar variantes que coincidan entre los afectados, y en contraposición, estén ausentes en personas sin el padecimiento. En este caso, es deseable mantener cierto “equilibrio” en cuanto a la diversidad genética entre los participantes del estudio; regularmente se excluye a los familiares y a la vez se busca que coincidan relativamente en las pruebas de estimación de ancestría. De modo que sea más probable que las variantes encontradas se relacionen con la enfermedad y no con el parentesco o con la divergencia en las poblaciones de origen de los sujetos.

En los últimos años han proliferado las pruebas genéticas directas al consumidor que buscan informar al usuario sobre su predisposición a ciertas enfermedades o sobre sus orígenes mediante una prueba de estimación de ancestría. Dichas pruebas conllevan diversas implicaciones éticas, jurídicas, y sociales. En esta sección seleccionamos tres niveles en los cuales los estudios genéticos podrían incidir; personal, familiar y étnico.

Es importante mencionar que las implicaciones aquí desarrolladas, competen en general a los estudios genéticos dirigidos al consumidor y a la comunicación de los resultados de proyectos de investigación.


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