(Ciudad de México, 1973) es autora de las novelas El huésped (finalista del Premio Herralde 2005) y sus posteriores y muy celebradas obras El cuerpo en que nací y Después del invierno, ganadora del Premio Herralde de Novela en 2014. También ha escrito dos libros de cuentos Pétalos y otras historias incómodas yEl matrimonio de los peces rojos (Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero). Ha sido traducida a más de diez lenguas. Sus libros han obtenido, además, diversos galardones, como el Premio Nacional de Narrativa Gilberto Owen, y el Ana Seghers. Entre las reseñas dedicadas a su obra cabe destacar: «Guadalupe Nettel revela la belleza subliminal que hay en los seres de comportamientos extraños y sondea minuciosamente la intimidad de su alma» (Le Magazine Littéraire); «Los lectores avezados disfrutarán de esa nueva voz literaria, tan sofisticada como original, en el panorama de las letras latinoamericanas» (Arcadia, Colombia); «Una de las más singulares escritoras mexicanas» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «La mirada que posa sobre las locuras suaves o destructoras, las manías, las desviaciones es de una agudeza tal que nos remite a nuestras propias obsesiones» (Xavier Houssin, Le Monde)
Pieza audiovisual. Video, 5:35 min.
Voces, textos e imágenes de: Yvonne Dávalos, Guadalupe Nettel y Yael Weiss.
Este video propone un acercamiento a la composición ancestral del genoma a través de lo más evidente: los rasgos físicos. “Mosaico genético” nos sugirió desde un inicio la idea de una composición por partes, de una figura formada por pedazos coloridos pero distintos. Nos juntamos tres participantes del proyecto “Mosaico genético” y escogimos algunas partes de nuestros cuerpos que nos inspiraban para formar el mosaico de una mujer inexistente. Como todos los orígenes y rasgos están contaminados —en el sentido más positivo del término— por la migración y la mezcla, nosotras mezclamos también fragmentos de nuestros cuerpos para formar el mosaico de una nueva persona. El resultado monstruoso advierte sobre los peligros de jugar con los genes para formar personas “à la carte”.
Finalmente, a través de la asociación libre y poética de nuestros rasgos físicos con los resultados de un estudio de ancestría, pretendemos suscitar la curiosidad del espectador por conocer qué puede esconderse en sus propios rasgos físicos. Insistimos en no perder de vista que un estudio del genoma, al menos con el alcance aún limitado de la ciencia, jamás podrá dar cuenta de la totalidad de lo que es una persona sino solamente suscitar algunas narraciones fragmentarias.